Conocimiento para todos

La nueva biblioteca del CAM-CCBC ofrece libros y revistas especializadas para la comunidad de ADR

Por Sérgio Siscaro

Uno de los pilares del trabajo del CAM-CCBC es la difusión de conocimientos. Este intercambio de experiencias e ideas con los profesionales que componen la comunidad brasileña que se ocupa de los métodos alternativos de resolución de controversias (ADR, por sus siglas en inglés) es esencial para promover la difusión de información sobre casos de arbitraje y mediación, además de estimular el uso de estos procedimientos en Brasil. Estos esfuerzos obtuvieron una importante contribución a finales de 2020: la nueva biblioteca del Centro.

Después de dos meses de haber sido completamente rediseñado, el espacio, que se encuentra en la propia sede del CAM-CCBC, permite a los interesados, tanto internos como externos, acceder a obras que abordan los más diversos aspectos del Derecho. Es una subvención indispensable para apoyar a los profesionales que trabajan con las ADR, y que a menudo tienen que familiarizarse con las normas y leyes de diferentes segmentos o países.

Según la coordinadora del área de Apoyo Administrativo del CAM-CCBC, Regina Alves, responsable de supervisar la iniciativa, dos personas del equipo administrativo del Centro fueron asignadas, por un período de dos meses, para reestructurar la biblioteca y catalogar las obras de su acervo, compuesto tanto por libros de derecho como por publicaciones especializadas. “El motivo de la creación de esta biblioteca surgió de una necesidad de la comunidad de ADR, en consonancia con nuestro pilar de difusión de conocimientos, y de nuestro interés por disponer de un espacio abierto al público. También fue una forma que encontramos para compartir las obras que ya teníamos en el CAM-CCBC”, comentó.

El espacio ha sido completamente reconfigurado para albergar la biblioteca, con capacidad para almacenar unos 7.400 libros. También dispone de locales de consulta y un espacio exclusivo para conectar notebooks para que las personas puedan realizar sus estudios con total comodidad. Inicialmente, el acervo sólo se podrá consultar en el propio local.

“Con la ayuda de una empresa de asesoría, primero catalogamos todos los libros, siguiendo los estándares utilizados en cualquier biblioteca”, afirma la coordinadora. Así, las obras son organizadas según la Clasificación Dewey (CDD), un sistema de clasificación documental empleado en todo el mundo que divide todo el conocimiento en diez clases principales.

La que abarca las obras relacionadas con el universo del Derecho, por ejemplo, es la 340, que se subdivide en áreas específicas, como Derecho Internacional Público (341), Derecho Penal (345) y Derecho Privado (346), entre otras. El uso de la CDD permite, de esta manera, la facilidad de encontrar obras de un determinado tema, y alinea la biblioteca del CAM-CCBC a los estándares seguidos por otras instituciones.

Impacto de la Covid-19

Alves afirma que los planes de abrir la biblioteca para consultas se han visto frustrados por la pandemia del nuevo coronavirus. “Debido a las medidas que adoptó el CAM-CCBC, de distanciamiento social, la biblioteca estaba lista, pero no pudo abrirse al público”.

Para componer el acervo de obras, se celebró una asociación entre el Centro y el Instituto Brasileño de Derecho de la Construcción (IBDiC), siendo cada uno responsable de proporcionar libros y materiales académicos, produciendo y difundiendo contenidos a la comunidad arbitral y jurídica. “Pero cualquier persona interesada en donar obras al Centro puede hacerlo. La idea es que sea, de hecho, un espacio abierto a toda la comunidad de ADR”, subraya.

A medida que incorpore más obras a su acervo, la biblioteca también deberá experimentar nuevas mejoras. “Uno de los próximos pasos que tenemos previsto dar es la instalación de un software que permita organizar la información principal de cada obra para facilitar la consulta pública. De este modo, la persona interesada en un determinado tema podrá saber si la biblioteca contiene el libro que responde a su necesidad, y programar una consulta.”

Dentro del concepto de compartir conocimientos, otra posibilidad estudiada por el CAM-CCBC pasa por la digitalización del acervo. “Por supuesto, tendremos que atenernos a la legislación que regula la disponibilidad de estas obras. Pero es una idea que podemos desarrollar mejor en el futuro”, reflexiona.